14.5.06

Toco y me voy

¿Qué somos, finalmente, solos por el camino? No valen de nada las letras, el poder, el sexo, las miradas. No valen de nada si nos detenemos al borde del abismo. “De nada sirve, escaparse de uno mismo…” suena en mi cabeza la interminable canción de Moris.

Anestesiarnos. Cobardes, seguir huyendo. Saciar las ansias con cuerpos extraños, beber hasta emborrachar la sangre, recostarse en el humo de las flores. No sentir, no construir. Intercambiar sólo máscaras. No dejar que, de una vez pero quizá no para siempre, penetren el fuerte que nos costó tanto dolor levantar. Tocando de oído. Oteando el horizonte sin percibir lo que está frente a nuestras narices. Revolviendo la ropa sin hurgar demasiado. Palpando sin aprehender, mirando sin ver y oyendo sin entender. Histeriquéandole a la vida. Jugando nuestra propia historia como si fuera de otro. Tirando los dados para no tener que decidir.

Un viejo amigo decía: ante la duda, siempre es mejor correr el riesgo. Tirarse de palomita y, si es necesario, aterrizar de cabeza contra el pavimento; pero dejar siempre un camino de estrellas para volver al cielo.

2 comentarios:

Petra von Feuer dijo...

Guau! Esto si que me movió el cerebro. Muy bueno, nena.

efvilha dijo...

Olá!
Perdoa-me por não escrever no teu idioma, pois só o sei ler e compreender.
Linda postagem! Belo, o último parágrafo. Diante de tantas encruzilhadas nos nossos caminhos, deixar um rastro de luz, é pura sensibilidade e sabedoria. Viemos donde habitam as estrelas. É nosso destino, para lá voltar. Pena que existam aqueles que se perdem em meio das trevas.
Felicidades a ti, e aos teus amigos.
http://sonetosesonatas.blogspot.com
Evaristo