13.9.06

Monday

Lunes. La muerte después del fin de semana.
Todavía no se que hago yendo a tu casa [a esta hora]. Tan naturalmente como si fuera la mía. Con la promesa del amor y los besos rotos. Con el amanecer en tu cama y el día en otro universo. Vos y tu invierno se pueden ir bien a la mierda. No creo que vaya a esperarte hasta entonces.
Justo ahora se viene a romper el bendito colectivo. Y yo que tendría que estar en Buenos Aires, comiendo en los chinos helado de vainilla con brownies de chocolate y almendras. Y un postre de coco igual al que hacen acá.
Sigo sin saber que hago yendo a tu casa. Como si fuera algo de todos los días. Como volver después de un día de trabajo [y encontrarte con la cena y el vino]. Y ahora el chofer está apurado y va a los pedos. Obvio.
Mejor así, cuanto antes llegue, menos tiempo voy a tener para seguir pensando en nosotros. ¿Nosotros?

2.9.06

P

P es la chica más linda que vi en mi vida...
Nunca me voy a olvidar de su cara ese día cuando entré al bar,
sus ojos traviesos de gato y su sonrisa rutilante.
Estaba esperándome, yo se.
Igual puso cara de sorpresa y se hizo la tonta.

1.9.06

¿Quién? ¿YO?

Hace algunos días tuve que afrontar un duelo de palabras con un amigo que se ofendió al sentirse identificado con algunas cuestiones vertidas por mí en este espacio.
Es increíble que a esta altura todavía tenga que aclarar que si bien muchas de las cosas que escribo tienen que ver con mi vida, y no tanto, no necesariamente responden a tal o cual situación, ni definen a una persona en particular. ¿Hace falta que te diga que no sos la única persona que conozco que usa saco?
Muchos de los textos son construcciones en el aire, síntesis de muchos momentos diferentes, refrito de fantasmas, obsesiones y temas recurrentes. Y, porque no, ganas, fantasías y personas/ personajes ideales que no he encontrado todavía. Y si juego a la melancolía con la lapicera o lo que tenga a mano, no es señal de que esté por meter la cabeza en el horno o a punto de cortarme las venas con una gomita masticable.
Y si elijo escuchar System of a Down, Morrisey o canciones francesas del año del moño, es porque tengo algunos momentos de feliz euforia y otros de dulce tristeza.
Todos los hombres usan calzoncillos (bueno, no todos) y todas las mujeres tienen tetas (las dejen en mi mesa de luz o no). Asique, por favor, no me jodan. Y al que le calcen las medias, que se las ponga.