Aprenda a estar solo sin correspondencia
Venga. Manos a la obra.
Aprovechemos hasta el máximo
nuestra involuntaria y enriquecedora soledad.
Dejadla que penetre.
—(No hay mal que por bien no venga, hermana
y bien venido mal si vienes solo),
y eso sí,
la soledad viene en soledad,
(como la puta en puta)
no engaña a nadie.
Manipulemos la soledad.
(Entra la soledad dando un portazo.
Mi celda se oscurece.)
—Vamos a recordar.
—¡No, de eso nada, me niego!
Estoy cansada de recordar,
juguemos a otra cosa.
—Vamos a trabajar, tú me dictas.
—No, me niego a trabajar contigo delante,
sería una huída,
dos males juntos es mucho.
No, la foto la saqué yo... que se creen... es marca registrada y todo...