
Gato de Agua. Traficante de medias antideslizantes. Cuerpa en movimiento. Gerundio lover. Experta en no estar en ningún lado al mismo tiempo. Poeta, cantora y acuarelista nacida en Córdoba, enraizada en Salta y migrante en tierras sudamericanas.
15.6.07
14.6.07
Clonazepam
Uno
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Exhala. La habitación está oscura. La puerta, cerrada. Silencio.Vuelve en sí. [Otro día]. Mierda. Sigo vivo. [Piensa]. Su cuerpo se hunde en el colchón. Sigue inmóvil. Le duelen los pies. [Siempre]. El cuerpo le pesa. Abre los ojos despacio, lentamente, casi con resignación. No le sorprende amanecer en una cama doble. Tampoco el hecho de no estar seguro de saber a dónde se encuentra. Busca algo familiar en la habitación, sus ojos revolotean por los rincones y piensa en algún motivo aceptable para seguir respirando. Es natural, ya no le inquieta. Primer sentimiento del día: ganas de morir...
Clonazepán
Deja Vu
nunca es agradable ser el que sobra, pero esta vez era peor,
digo, el no era un mal tipo pero de los dos debía ser yo.
No porque sea mejor, sino porque así estaba escrito,
porque éramos demasiado el otro, porque ella era demasiado yo
y yo demasiado ella.
Para él era una victoria más quizás, y una sin demasiada batalla,
para mí era volver a mi agujero, y esperar que ella se cansara de él,
para nosotros fue el fin de la velada. "
Demasiado ELLA, demasiado YO.
Por Damián
Si creo en vos o creo en mí...
11.3.07
Crónicas en sueños
Suenan las campanas de la puerta, alguien entra al negocio.
Me despierto traspirada, trato de poner en orden mis ideas. Trix. Prix. Drix. Vix. [Sigo aturdida]. Mientras dibujo, trato de recomponer los retazos del sueño. No puedo evitarlo, sigo la espiral y rayo la almohada del hostel.
Yo era él. Era eso. No entendía por qué me llevaban hacia aquel lugar que parecía una pulpería de campo. Esperábamos algo, o a alguien. El joven que me custodiaba tenía la mente débil y por eso era tan fácil de manipular. Estaba muy inquieto y me vigilaba de reojo, como si supiera que no debía dejarse captar por mi mirada; hasta que no pudo más y me miró de frente.
En ese momento su espíritu fue mío, volví a sentirme el hombre más grande y también bestia. Un impulso animal, inconmensurable en mi instinto me embriagó y ya no pude reconocerme como ser humano.
¿Y qué significaban esas palabras? No sé de dónde salieron, no lo sé, ni siquiera pude reconocer el idioma. Comencé a hablarle y, por el tono de mi voz, pienso que estaba dándole una orden o alguna especie de comando.
Gkavob inferitu galov nefericire
Ne ischil dli elde nova
Nasim du slovka venje
Ixschilz vix tse ndelx
Slvaldj vej dnajdej.
A cada dictado, él repetía; y cada vez sus pupilas dilatadas mostraban terror y a la vez entrega. Como un juramento, siguió repitiendo frase por frase cada una de mis palabras. Y entonces, supe que estaba prometiéndome lealtad eterna.
Qué horrible acto. Qué aberración de la naturaleza sería mi ser en realidad. Al verlo y darme cuenta, salí corriendo del lugar y dejé a mi esclavo-zombie abandonado a su suerte. Una bestia en un cuerpo de hombre, corriendo apoyado en mis cuatro extremidades, como el ser inclasificable en el que me estaba convirtiendo. Pero mi apariencia no dejaba ver el monstruo que llevaba dentro. El cambio era tan interno, tan profundo. Desde el abismo de mi ser, dejé surgir el gruñido que no podía dominar y mi yo humano se horrorizó ante él.
El pueblo se reúne a mis espaldas. Suenan las campanas.
8.2.07
¿Cuánto cuestan tus montañas?
6.2.07
/*/
fijos en mí
como chispas que encienden
lo ya muerto.
Veo que me miran
y te veo
como queriendo encender
nuestro amor enmohecido.
Tus ojos de colores
que se escapan
tu mirada de nunca más,
de no puede ser
Veo que me miran
y veo el horizonte.
Me persiguen,
me convocan,
me hieren,
me rozan.