"Dentro de la tradición griega, las mismas fuerzas que la filosofía reduce a potencias anímicas continúan manifestándose como dioses y poderes sobrehumanos. La filosofía los ha domesticado y proscrito, como demonios interiorizados, al recinto del alma.
Mas, si concebimos bajo este punto de vista los impulsos y emociones que enredan a los hombres en la conexión de intereses de una praxis inestable y casual, entonces cobra también un nuevo sentido la actitud de la teoría pura, que precisamente promete la purificación de estos afectos: la contemplación desinteresada significa ostensiblemente entonces emancipación."
Jürgen Habermas
en "Conocimiento e Interés"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario