No quiero estar sola
pero tampoco quiero tu compañía.
La música no me ayuda [tengo el audio roto, además]
la radio tampoco.
Ninguna anestesia.
Saco, pongo, cambio
me levanto, doy una vuelta y vuelvo a la pantalla.
Pienso en la locura de la noche anterior. En el alcohol.
Está tu camisa ahí, cubriendo un cuerpo
y no estoy muy segura de que sea el tuyo.
Te veo de lejos
a contraluz
y no puedo distinguir tu rostro.
Sólo está tu aura, no más que un fantasma.
3 comentarios:
muy lindo el poema... malditos fantasmas los odio... y encima tienen predileccion por rodearme...
besos
hoy
solo el aura necesito...
mañana, no se, quizas un paisaje de piel...
A.
uhh uhh... los anónimos me ponen un poco de la nuca... qué puedo hacer, la curiosidad siempre es más fuerte que yo...
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