Es curioso cuando, de pronto, tenes toda la cama disponible para vos pero seguis durmiendo en el mismo huequito de siempre. Ya esta moldeado, es comodo, tiene hasta la forma de tu cuerpo. Entonces en vez de expandirte y ocupar todo el espacio a lo largo y a lo ancho, explorar las diagonales, rodarlo de lado a lado o hacer figuras te quedas en "tu" rincón.
Sera por eso que, cada tanto, es bueno dar vuelta el colchon; y, si las marcas ya no se dejan retornar a su forma inicial y la cartografía de la superficie te hunde, definitivamente, cambiarlo para volver a encontrarse en los llanos.
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