17.8.21

Señales de vida

A mi también se me desprenden hojas en otoño
Agrieto un caparazón de nácar en invierno
Avanzo descamando guijarros de cristal en primavera
No hay descanso en el verano.
No hay descanso,
en el desierto
de mi piel.

Podre armar otra con mis restos.
/Me pregunto:
Podre armar otra con mis restos?/
Podre yapar las grietas
con sus mismos escombros
como un carpintero cura la madera.

Haré una masa de células secas,
las haré blandas con aceite de coco
y las pegare con miel
en todo lugar donde me falten caricias.

No se acaban a los veinte
los dolores de crecer.
No hay metáfora en eso
de mudar la piel.

La bronca es grave
la rabia es aguda
la tristeza es muda.

Los pensamientos gritan por la noche
todo lo que no escucho
durante el día.

Mi cuerpo sangra
supura
duele
aúlla
pica

Todavía
da
señales de vida.

5.8.21

Mañanas campestres


Me levanto a media modorra
recibo el sol que atraviesa las ventanas
y aprecio esa luz semi cálida que logramos construir en el rincón
donde un sillón flamenco me espera
para los primeros mates

Pongo a lavar ropa
acomodo un poco la mesa taller
acaricio mis pinceles
sacudo los restos de unas empanadas
horneadas por la vecina que sabe
como comprarse mi amistad
y le doy de comer a las hormigas

En el espejo del baño
me descubro despeinada y viva
me escucho cantar, también
a lo Disney
escucho los pájaros,
el michi visitante pasa, nomás,
porque la puerta esta siempre abierta
y se roba lo primero que encuentra

Salgo a hablar con las plantas
le pido a los arboles que sanen mi corteza
y observo que algunas se secaron con la helada.
No me preocupa
pues es invierno y falta
aunque no parezca
para que los brotes asomen al mundo
tan revueltos como yo hoy
y casi todas las mañanas.