Recorro los lugares donde estuvimos todas nuestras primeras veces. Me pido una cerveza de ésas a tu salud, porque sé que es la que te gusta [black]. Brindo en tu nombre, en otro idioma [cheers] y mirando el brillo de tus ojos que no están. Y se ríen cuando confieso que son los más lindos que vi en mi vida. Tengo un par de fools sentados cerca que me miran y también se ríen; y yo me pregunto de qué. Será que se ríen de tu recuerdo; o de mí recordándote, brindando con un fantasma.
Como siempre, hay algunas caras conocidas que no puedo recordar con precisión y tus palabras en mi mente, tus sonrisas, tus torpezas. Vos, recostado acá, al frente, en esa misma silla. Puta casualidad de que fuera la única mesa vacía en el bar. Justo esta mesa, justo este día. Nunca me molesta estar sola, lo que me molesta son las ausencias. Y no es la primera vez que vengo acá para ver si aparecés, no es la primera vez que te espero en tan poco tiempo.
Supongo que está bien así, si el camino no nos cruza, debe ser por algo. Ya que siempre estuvimos tan cerca y nunca nos miramos. Será porque quizá no teníamos que vernos. Será que nunca debimos mirarnos a los ojos.
Hay un tipo ahí que fue mi amigo alguna vez. Qué extraños los hilos que se tienden en la vida. Es terrible estar al lado de alguien con quién se compartieron tantos espacios y seguir siendo anónimo. Entra un loco con anteojos. Pero vos no usás anteojos. Acaricio tu pelo largo, lo siento deslizarse bajo mi mano. Y no es tu perfil de nariz afilada. No, no es.
Hace una hora que espero esas putas empanadas. Y eso porque no hay ningún comedor vegetariano por acá y a esta hora, porque si no ni me metía en el bar [Mentira]. Me encanta tu saco, ¿te lo dije? Sí, te lo dije. Y las arruguitas al costado de tus ojos. Y tu música favorita. Y tus hitos. Y no darme cuenta de que todo eso que hacías era para mí. Y también dejarme llevar aquella vez, y no entender que iba demasiado rápido para vos. Siempre perdiendo. Siempre terminando antes de empezar. Igual gracias a todo esto encontré un par de nuevos amigos, y es bastante.
Me voy, todavía me queda un lugar donde buscarte. Aunque sepa exactamente dónde y cómo encontrarte.
Como siempre, hay algunas caras conocidas que no puedo recordar con precisión y tus palabras en mi mente, tus sonrisas, tus torpezas. Vos, recostado acá, al frente, en esa misma silla. Puta casualidad de que fuera la única mesa vacía en el bar. Justo esta mesa, justo este día. Nunca me molesta estar sola, lo que me molesta son las ausencias. Y no es la primera vez que vengo acá para ver si aparecés, no es la primera vez que te espero en tan poco tiempo.
Supongo que está bien así, si el camino no nos cruza, debe ser por algo. Ya que siempre estuvimos tan cerca y nunca nos miramos. Será porque quizá no teníamos que vernos. Será que nunca debimos mirarnos a los ojos.
Hay un tipo ahí que fue mi amigo alguna vez. Qué extraños los hilos que se tienden en la vida. Es terrible estar al lado de alguien con quién se compartieron tantos espacios y seguir siendo anónimo. Entra un loco con anteojos. Pero vos no usás anteojos. Acaricio tu pelo largo, lo siento deslizarse bajo mi mano. Y no es tu perfil de nariz afilada. No, no es.
Hace una hora que espero esas putas empanadas. Y eso porque no hay ningún comedor vegetariano por acá y a esta hora, porque si no ni me metía en el bar [Mentira]. Me encanta tu saco, ¿te lo dije? Sí, te lo dije. Y las arruguitas al costado de tus ojos. Y tu música favorita. Y tus hitos. Y no darme cuenta de que todo eso que hacías era para mí. Y también dejarme llevar aquella vez, y no entender que iba demasiado rápido para vos. Siempre perdiendo. Siempre terminando antes de empezar. Igual gracias a todo esto encontré un par de nuevos amigos, y es bastante.
Me voy, todavía me queda un lugar donde buscarte. Aunque sepa exactamente dónde y cómo encontrarte.