Todos los poemas tienen tu nombre,
también los de los otros.
Parece que todos los amores
y todas las amoras
te fueran dedicades:
las nutrientes y los fugaces
los melanco y las que
se encendieron en fuegos fatuos,
pero también
las eternas y los cotidianos
con mates y tostadas
o café y facturas
rellenas de pasta frola.
Todas las poesías tienen tu nombre,
también las de les otres.
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