El banco de una plaza igual a cientos de otras dice que el amor es todo menos duda. Y basta ya con la burocracia afectiva.
La frase más bonita que leí en los últimos tiempos susurra: "A la gilada ni poesía". Una venganza dulce, femenina, silenciosa. La negación de la belleza por falta de mérito.
Yo me pregunto a dónde van a parar las invisibles que se desprenden de los cabellos de todas las mujeres del mundo.
Él sigue escribiendo historias de ausencias y amores desgarrados que tranquilamente podrían haber salido de mis letras, o de mis entrañas. Escribe por mí, usa palabras que podrían ser mías, transmutadas de género pero en los mismos escenarios y lugares comunes.
No logro sacarme el maquillaje de las pestañas y estoy empezando a pensar que el amor sólo existe en la poesía.
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