15.5.18

De maldiciones / Combustión espontánea

A quien desprecia aquello que con amor se le otorga
a quien la comodidad del vínculo lejano
le fabrica una silla cómoda
desde donde desplegar su encanto
le recibe en su lecho
de luces fugaces 
el vacío.

A quien desprecia lo perdurable 
sobre la fantasía del instante
la distracción
los (d)espejitos de colores
el acolchonado placer 

de los isquiones blandos
los aplausos.

A quien se mira en el espejo buscando
lo que podría ser 

un profundo abismo
de raíces
y sólo encuentra  

la chispa del árbol 
que una vez cenizas
cae.





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